Pachelbel y el canon

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Johann Pachelbel, nacido en 1653 en Alemania y fallecido en 1706, es uno de lo más grandes compositores en la historia de la música barroca, a pesar de no gozar en la actualidad de todo el reconocimiento que se merece.

Fue en Nüremberg, su ciudad natal, donde comenzó sus estudios de música durante los cuales, recibió clases de Kaspar Prentz, quien se supone que fue el culpable de su creciente interés en la música contemporánea italiana de la época y en la música barroca en general.

Prentz también fue una de las personas que más le influenció cuando, en 1673, Pachelbel decidió abandonar su ciudad natal para dirigirse a Viena, asumiendo así el cargo de organista suplente en La Catedral de San Esteban, un cargo bastante relevante para la época.

En Viena fue donde comenzaría su carrera como un reconocido y destacado organista, clavicembalista y compositor de la época para volver posteriormente a Nüremberg, dónde moriría un 9 de Marzo de 1706. Y es justamente de esa época, durante su estancia en Viena, cuando compuso la obra de la que os quiero hablar hoy, que no es otra que su famoso Canon en Re Mayor.

Esta obra, compuesta en 1680 y conocida por todo el mundo, originalmente fue creada como una obra de música de cámara para tres violines y bajo continuo. No fue hasta tiempo después cuando se realizaron múltiples arreglos de la obra para una gran variedad de conjuntos e instrumentos, dando lugar a las numerosas versiones que se pueden encontrar hoy en día de esta composición y que tan famosas se han hecho, dejando la original en un segundo plano.


Su estructura consiste en una progresión armónica de los instrumentos de cuerda en Re Mayor, siguiendo una progresión de acordes de la forma I V VI III IV I IV V, secuencia muy utilizada en los cánones por muchos de los compositores de la época, entre ellos Mozart, quien utilizó esta estructura en parte de su conocida obra La Flauta Mágica (1791).


La versión original de este tema comienza con dos compases durante los cuales el bajo toca solo de acuerdo con la técnica del bajo continuo, técnica en la cual el compositor crea la voz del bajo pero no especifica el contrapunto, el cual deja a gusto del músico. A continuación, el primer violín ejecuta la primera variación, y justo cuando comienza con la segunda variación, se introduce el segundo violín interpretando la primera variación. El tercer violín sigue la misma pauta, y en total hay un total de 28 variaciones.

Creo que por el momento es mejor dejar de lado tanta explicación teórica y que la escuchéis por vosotros mismos...


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